Códices mexicas: los manuscritos que narran el poder de Tenochtitlan

Los códices mexicas son una de las fuentes más valiosas para entender cómo pensaba, gobernaba y se organizaba uno de los imperios más influyentes de Mesoamérica. Estos documentos ilustrados transmiten mitos de origen, listas de tributos, calendarios sagrados y relatos sobre migraciones legendarias.
Aunque muchos fueron elaborados poco antes o justo después de la conquista, conservan el estilo, la simbología y la estructura tradicional de los manuscritos indígenas. Algunos de ellos incluso fueron copiados en formato europeo, pero con contenido completamente mexica.
Explora los códices mexicas
¿Qué son los códices mexicas?
Los códices mexicas son manuscritos pintados que transmiten el conocimiento, la memoria histórica y la cosmovisión del pueblo mexica o “azteca”. Su contenido es diverso: pueden relatar la historia mítica de la fundación de Tenochtitlan, organizar el calendario ritual, o detallar las cargas tributarias impuestas a pueblos sometidos.
Aunque algunos fueron creados bajo supervisión colonial, conservan elementos fundamentales del pensamiento indígena. Están hechos sobre papel amate o piel de venado, y en muchos casos se estructuran en forma de acordeón. Las imágenes están acompañadas de glifos calendáricos, nombres propios y símbolos de lugares, todo dispuesto en secuencias visuales fáciles de seguir para los lectores de su tiempo.
Estos códices cumplían una función doble: preservar la memoria colectiva y servir como herramienta para gobernar y legitimar el poder.
¿Cuáles son los códices mexicas?
Aunque no hay una lista cerrada, los siguientes manuscritos se consideran representativos de la tradición mexica:
- Códice Boturini (Tira de la Peregrinación): Muestra el viaje mítico de los mexicas desde Aztlán hasta la fundación de Tenochtitlan.
- Códice Borbónico: Contiene un tonalámatl o calendario ritual de 260 días con deidades asociadas a cada trecena.
- Tonalámatl de Aubin: Otro calendario sagrado similar al Borbónico, aunque con variantes en estilo y contenido.
- Matrícula de los Tributos: Registra los pueblos que pagaban tributo al imperio y qué productos entregaban.
- Códice Mendoza: Aunque fue encargado por los españoles, incluye secciones visuales que siguen los estilos indígenas. Narra la historia de los gobernantes mexicas, los tributos y la educación de los niños.
Además de estos, hay otros códices con fuerte influencia mexica, aunque realizados con materiales europeos o por escribas indígenas instruidos por frailes.
¿Qué registraban en los códices mexicas?
Los códices mexicas tenían múltiples propósitos y sus contenidos reflejan esa diversidad. Algunos funcionaban como crónicas míticas, otros como registros administrativos y otros como herramientas rituales.
Entre los temas más frecuentes están:
- La migración desde Aztlán y la fundación de Tenochtitlan
- Calendarios rituales y adivinatorios con sus correspondientes dioses y augurios
- Relación de pueblos sometidos y lo que debían tributar
- Conquistas militares y expansión territorial
- Educación y normas sociales en el imperio
Estos registros permitían al Estado mexica mantener el control sobre su población, justificar su supremacía y organizar la vida ceremonial del imperio.
¿Cómo se interpretaban estos códices?
Aunque no contenían escritura alfabética, los códices mexicas usaban un sistema visual altamente estructurado, compuesto por glifos, colores, símbolos y secuencias narrativas. La lectura podía hacerse en zigzag, en espiral o siguiendo rutas marcadas gráficamente.
Algunos elementos claves para interpretarlos:
- Glifos calendáricos: Basados en el tonalpohualli (calendario de 260 días) y el xiuhpohualli (calendario solar de 365 días).
- Topónimos: Lugares representados mediante combinaciones de elementos visuales (una montaña + agua = un cerro con río, por ejemplo).
- Personajes identificables: Cada persona tenía un nombre glífico, muchas veces acompañado de su atuendo o rango.
- Símbolos de guerra o tributo: Lanzas, escudos, bolsas de productos, alimentos o textiles.
Estas herramientas eran conocidas por sacerdotes, gobernantes y escribas. No todos sabían “leer” un códice, lo que daba aún más poder a quienes sí podían hacerlo.
¿Quiénes elaboraban los códices mexicas?
Los códices eran obra de los tlacuilos, artistas-escribas especializados que eran parte de la élite intelectual del imperio. No solo sabían dibujar, sino también interpretar los calendarios, los glifos y la tradición oral. Su formación comenzaba desde jóvenes y requería años de práctica.
Los tlacuilos podían trabajar al servicio de templos, escuelas calmécac o directamente para el tlatoani (gobernante). Su trabajo no era decorativo, sino sagrado y estratégico. En muchos casos, su obra era leída públicamente durante celebraciones o juicios, y servía como registro oficial de los acontecimientos.
¿Dónde están ahora los códices mexicas?
Como ocurrió con muchos manuscritos indígenas, la mayoría de los códices mexicas sobrevivientes se encuentran fuera de México. Estos documentos fueron llevados a Europa por frailes, coleccionistas o autoridades virreinales durante el periodo colonial.
Actualmente están en:
- Biblioteca Nacional de Francia (Códice Borbónico)
- Museo de América, Madrid (Tonalámatl de Aubin)
- Museo Británico
- Biblioteca del Congreso de Estados Unidos
- Instituciones mexicanas, como el INAH y la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia (en el caso de algunos fragmentos)
Los originales están en manos extranjeras, pero muchos han sido digitalizados y estudiados por décadas, lo que ha permitido su difusión y reinterpretación.
¿Por qué son importantes para el México actual?
Los códices mexicas preservan una memoria que no fue escrita por los conquistadores, sino por los propios pueblos que vivieron, crearon y gobernaron antes de la llegada de los europeos. Son testimonio directo de una forma distinta de entender el tiempo, el poder y la comunidad.
Además, siguen inspirando a artistas, investigadores y comunidades indígenas que los reconocen como parte viva de su identidad cultural. Más allá de lo histórico, estos códices son también símbolos de resistencia y continuidad.
